EL LIENZO DE MARGAUX


De la viruta de mundo “La tela di Margaux
Traducciòn: Juan Carlos Arboleda 

Cada día nace una flor perfecta.
Ayer hice las cuentas, y nada me cuadra.
He perdido las huellas del camino sobre la roca. He perdido el sueño. He perdido un trozo de corazón eterno.
El pelo recogido en el gorro gris, labios tímidos:
Margeaux es surrealista por su belleza.
He dormido poco esta noche, tenía más bien ganas de soñar.
La mañana me vigila desde las nubes grises. La inmovilidad de las hojas, extraña en estos días de viento y lluvia, me impregna de nostalgia la piel perfumada por las sábanas.
Hay de todo dando vueltas por la casa, pero nada que me anime a poner un poco de orden.
Hay de todo dando vueltas por mi alma pintoresca.
Es una mañana surrealista. Una mañana de silencio profundo, tejados, cartas.
Más allá de la cortina blanca recogida sobre sí misma y sujeta por la barra más gruesa del tendedero, dejo caer los ojos. Los dejo caer solos, sobre esta mañana magrittiana que infunde pinceladas profundas en el ánimo. Descubro, borrón a borrón, el hombre que soy hoy.
El hombre en el que me he convertido a golpes de pincel. El hombre que nunca dejará de aprender artes nuevas en el ir y venir del tiempo.
Es difícil descubrir nuestra propia belleza en un mundo que se empeña en hacernos ver únicamente la belleza universal.
Una mañana te despiertas. Sientes que todo está listo. Percibes una belleza mediocre que, en poco tiempo, dejas que se apodere de ti.
Tú no eres ese!
Yo tampoco!
Es simplemente un clavo que alguien nos ha hundido en el corazón para ponernos un cartel que todos pueden ver.
Tú eres otro distinto, pero no lo sabes. Eres otra persona que quizás no serás capaz de descubrir en toda una vida.
En esta costumbre de aceptar tantos placeres envueltos, me he encontrado mil veces, o quizás más.
En esta vertiginosa moda del mundo, del que intento alejarme cada día, lucho por encontrar una solución que nazca desde aquì, con vosotros.
No es imposible superar tus propias debilidades.
No es imposible escapar del aspirador de nuestra epoca.
Solo hace falta màs amor. No hay más.
Y de vez en cuando, para recordar que es posible ganarnos, nos despertamos una mañana distinta a todas las demás.
Una mañana surrealista. Una mañana que es solo nuestra, de quien sabe apreciarla con los oídos del alma.
Margeaux es surrealista por su belleza.
Margeaux, con solo verla siento que me vibra el alma.
Margeaux es París vestida de nieve blanca.
El gorro gris va bajando por milímetros a pasos cada vez más largos, hasta cubrir también la piel blanca del cuello. Hasta cubrir también París.
En las manos aprieto el lienzo de Margeaux. Solo falta el cielo para completarlo.
Mi lienzo, en cambio, está apoyado en la esquina de la habitación, entre la mesilla de noche y la maleta, y quién sabe cuándo estará acabado.
Cada día nace una flor perfecta.
Cada día, para una sola persona en el mundo, llega un regalo de la nada.
Hoy el regalo ha llegado hasta a ti:
el lienzo de Margeaux.

.

Virutas

En el.
Màs allà.
He conocido a mil personas o quizas màs.
Me he convertido.
En mì mismo.


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